PADRE RICO, PADRE POBRE POR ROBERT KIYOSAKI 1/3
Todos nosotros hemos recibido dos dones en esta vida: nuestra mente (el principal medio de producción es pequeño, gris y pesa alrededor de 1300 gramos: el cerebro humano) y tiempo. Depende de nosotros hacer lo que nos plazca con ellos…
Acabo de terminar de leer un libro de Robert T. Kiyosaki: “Padre Rico, Padre Pobre” que fue publicado en 1997 y que ha vendido más de 18 millones de copias en todo el mundo. Este es el primero de los tres posts (post 2, post 3) que realizaré sobre este libro.
Me gustaría recomendároslo por los siguientes motivos, y principalmente a todos aquellos que os encontréis en una etapa vital de cambio a nivel profesional y personal o con ganas de emprender:
- Porque habla de tener una actitud positiva y emprendedora ante la vida, a superar los obstáculos, no tener miedo a arriesgarse y perder, asumir los fracasos como única forma de llegar al éxito, en definitiva de ver la botella medio llena en vez de medio vacía.
- Porque defiende que las personas son capaces de conseguir todas aquellas metas que se propongan y lograr su libertad financiera, y por ello es necesario que aumentemos nuestra cultura y conocimiento financiero, enseñándonos una serie de conceptos básicos.
- Porque el libro es humano, ya que nos relata sus propias viviencias y experiencias personales desde su niñez.
El libro de manera magistral nos presenta dos formas de entender la vida desde una punto de vista profesional; un enfoque que él asimila al de “padre rico” (empresario y padre de su mejor amigo), que se resumiría en el hecho de que tener una buena educación y sacar buenas notas ya no constituye una garantía de éxito para nadie en el mundo actual frente al enfoque opuesto “padre pobre” (su padre biológico y jefe del departamento de educación del estado de Hawai) que sí defiende esta postura. Es la dualidad antitética de emprender y ser dueño de tu propia empresa frente a trabaja toda la vida por un un salario en un entorno cada vez más inestable, el yo no trabajo para ganar dinero o un salario frente a el dinero trabaja para mí, el de arriesgarse y no tener miedo a perder frente a la seguridad de lo cierto y conocido, el de la satisfacción de intentar las cosas frente a permanecer inmóvil ante las oportunidades, de evitar que el miedo a perder sea más grande que la emoción de ganar, el de rendirse ante las adversidades frente a luchar…
Al ser educado por dos padres distintos, éstos le enseñaron a esforzarse en pos de dos metas diferentes. Su padre educado/”pobre” le instó en trabajar para una empresa, su “padre rico” le aconsejó ser dueño de su empresa si y sólo si tienes el deseo de poseerla. El “padre educado” le alentó a ser una persona inteligente y muy formada, su “padre rico” le enseñó a rodearse y contratar a los mejores.
Miremos a nuestro alrededor, las personas más ricas no lo han hecho gracias a su educación: Michael Jordan, Michael Schumacher, Tiger Woods, Steve Jobs o Bill Gates que abandonaron la universidad… Según Robert los niños pasan varios años de su vida en un sistema educativo anticuado, estudiando materias que nunca pondrán en práctica y preparándose para un mundo que ya no existe. El consejo más peligroso que puede darse a un hijo es: ve a la escuela, saca buenas notas y busca un trabajo seguro.
El siguiente concepto sobre el que pivota el libro es de carácter financiero. Para Robert las personas ricas adquieren activos, los “pobres” sólo tienen gastos y la clase media construye pasivos que piensa que son activos. La definición de “activo” desde una perspectiva contable es “el conjunto de bienes y derechos propiedad de una entidad económica”, sin embargo para Robert, un activo es todo aquello que “pone” dinero en tu bolsillo (más un enfoque de “generar flujo de caja o cashflow“). Así por ejemplo en contabilidad una casa es considerada un activo pero para Robert es un pasivo ya que el hecho de tener una casa requiere tener una hipoteca con el banco con el consiguiente préstamo y salida de caja todos los meses. Sólo en el supuesto de que dicha casa estuviera alquilada y el ingreso por alquiler fuera mayor al coste de la hipoteca, la casa sería considerada como un activo por generar flujo de caja positivo. Robert defiende que las personas deben hacer crecer su columna de activos frente a no adquirir pasivos hasta el momento en que la sólida base de activos genere flujos de caja suficientes como para comprar dichos pasivos.
Continuará…
Muchas gracias!
Antonio Alcocer